Miguel Ángel, el artista que no quería ser pintor

 Miguel Ángel, el artista que no quería ser pintor

Comenzó hace 517 años y su obra maestra aun perdura aun en la Capilla Sixtina

Era un hombre de mal carácter y tuvo una disputa con el Papa que le encomendó la realización de la capilla sixtina

Miguel Ángel empezó a pintar la Capilla Sixtina probablemente a inicios de 1509, en la bóveda más cercana a la entrada: “El sacrificio de Noé” y “La embriaguez de Noé”. Pero, de pronto, el desastre: a poco de pintados, los magníficos frescos criaron moho.

La Capilla Sixtina es rara. Desde afuera casi no se distingue, no luce adornos arquitectónicos ni escultóricos, comunes a iglesias y capillas; no tiene una fachada principal, ni es posible entrar en ella desde afuera: sólo se accede desde el interior del Palacio Apostólico. Su bóveda mayor mide veinte metros setenta centímetros de alto y corona un rectángulo de cuarenta metros noventa centímetros de largo por trece metros cuarenta de ancho.

Miguel Ángel murió a los ochenta y ocho años, en Roma, en los Estados Pontificios, el 18 de Febrero de 1564. Su Capilla Sixtina, una obra que consideraba menor, contra la que rezongó durante los cuatro años que tardó en pintarla y a la que le dedicó gran parte de su alma y de su vida, lo había puesto en el punto más alto de su gloria. Hoy, esa misma Capilla regala otro tipo de gloria.

En Instinto tv, hablamos con Rodrigo Cabral Godoy, artista plastico y creador de la obra Los Secretos de Miguel Ángel, en el centro comercial Los Molinos en Medellín.

David Zapata

"Todo tiempo pasado fue anterior"

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